La paleontología nos sigue sorprendiendo con hallazgos que desafían nuestra comprensión de la prehistoria. En un giro inesperado, un equipo de investigadores ha logrado "resucitar" a un dinosaurio egipcio a partir de antiguas fotografías y notas de un fósil perdido durante la Segunda Guerra Mundial. Este depredador colosal, bautizado como Tameryraptor markgrafi, reinó en el desierto del Sahara hace aproximadamente 95 millones de años y podría haber sido uno de los mayores carnosaurios de su tiempo.
Un hallazgo que desafía la historia
Los restos de Tameryraptor markgrafi fueron descubiertos originalmente en 1914 por el renombrado paleontólogo alemán Ernst Stromer von Reichenbach en el Oasis de Bahariya, una región rica en registros fósiles. Sin embargo, la tragedia de la Segunda Guerra Mundial se interpuso en la historia de este titánico depredador cuando el fósil fue destruido durante un bombardeo aliado en Múnich. Lo único que sobrevivió fueron notas detalladas y fotografías capturadas por Stromer antes de su pérdida.
Durante décadas, la comunidad científica creyó que este fósil pertenecía al género Carcharodontosaurus, otro coloso carívoro. Sin embargo, un análisis más meticuloso de las imágenes llevado a cabo por el paleontólogo Maximilian Kellermann y su equipo reveló detalles que cambiaron por completo su clasificación. Entre sus características más notables, se descubrió que Tameryraptor poseía un cuerno prominente y un cerebro frontal agrandado, rasgos distintivos que lo separan de otros dinosaurios previamente identificados en la región.
Un depredador perdido en el tiempo
Con una longitud estimada de 10 metros, Tameryraptor markgrafi se postula como uno de los principales superdepredadores del Cretácico en el norte de África. Su estructura física sugiere una adaptabilidad formidable para la caza, lo que lo posiciona como una amenaza letal en el ecosistema prehistórico del Sahara.
"La clasificación original de Stromer era incorrecta", explicó Kellermann en una entrevista con Live Science. "Hemos identificado una especie de dinosaurio depredador completamente diferente y hasta ahora desconocida para la ciencia".
La importancia de la documentación histórica
Este descubrimiento subraya la relevancia de preservar y estudiar las colecciones históricas, demostrando que incluso cuando los fósiles originales se pierden, la información registrada puede ser la clave para nuevas revelaciones paleontológicas. Las notas y fotografías de Stromer, que en su momento parecieron un vestigio del pasado, resultaron fundamentales para identificar esta nueva especie y ampliar nuestro conocimiento sobre la biodiversidad del Cretácico en África.
Los investigadores creen que este es solo el comienzo. Están convencidos de que muchos otros fósiles descritos en el siglo XX podrían ocultar especies aún desconocidas, esperando ser redescubiertas gracias a los avances tecnológicos y a la meticulosidad de la investigación científica moderna. Tameryraptor markgrafi no solo es una prueba de la tenacidad de la ciencia, sino también un testimonio de la fascinante historia que aún queda por descubrir bajo las arenas del Sahara.
Fuente: MSN