Muchas veces, al descubrir algo importante, icónicos personajes de la televisión, las películas o los libros, gritan con júbilo: ¡Eureka! 

La palabra proviene de un mito atribuido a Arquímedes, que dice que cuando el inventor y matemático griego descubrió cómo calcular la densidad de un objeto, metiendo una corona dentro de una bañera y calculando así la densidad a partir de cuánto volumen de agua sacaba la masa insertada, el inventor dijo: εὕρηκα (héurēka) que en griego significa “¡Lo he descubierto!”. 

Fue entonces cuando se dio un momento eureka, porque el inventor, estando relajado y descifrando cómo solucionar el problema que le habían pedido, pudo hacerlo en ‘un momento eureka’. 

Durante años se ha dicho entonces eureka, cuando algo es descubierto, emulando la misma reacción que habría tenido Arquímedes en aquel momento cuya veracidad histórica se desconoce. 

Usualmente, el momento eureka es entonces cuando alguien, estando en calma descubre algo importante que lo ha hace sobresaltarse, como pasó con el inventor griego que en su tiempo, estando dentro de una bañera, descubrió una de las fórmulas físicas más usadas en la actualidad. 

En los últimos años el concepto de momento eureka también se ha asociado al emprendimiento y a “pensar fuera de la caja”.

Fuente: El Tiempo