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La princesa Leonor inicia su último año de formación militar en la Academia del Aire

 

 

Un nuevo paso en su formación.

Con paso firme y la serenidad propia de su cargo, la princesa Leonor de Borbón llegó a San Javier para dar comienzo a la etapa final de su formación castrense, un recorrido que la prepara no solo como futura Jefa del Estado, sino también como referente de compromiso y disciplina ante toda una generación.

Un inicio cargado de simbolismo

En el mediodía murciano, la heredera al trono fue recibida en la Academia General del Aire y del Espacio por el coronel Luis Felipe González Asenjo, director de la institución, junto con los mandos y profesores que la acompañarán durante este último curso. Ingresando con rango de alférez y como alumna de cuarto año, la princesa vistió el uniforme azul del Ejército del Aire, un atuendo cargado de significado en el que se resume la continuidad de su preparación tras su paso por el Ejército de Tierra y la Armada.

Leonor, de apenas 19 años, se integra a un grupo de 74 compañeros —60 hombres y 14 mujeres— con los que compartirá aulas, instrucción y disciplina, tal y como ya lo hizo en Zaragoza, Marín y a bordo del buque escuela Juan Sebastián Elcano. La igualdad de trato y la convivencia diaria vuelven a marcar la esencia de su aprendizaje.

El reto de los cielos

La Academia del Aire afronta este curso con instalaciones renovadas, que incluyen simuladores de última generación para la formación en los Pilatus PC-21, aeronaves en las que la princesa tendrá la oportunidad de aprender los primeros fundamentos del pilotaje. Antes de tomar los mandos en vuelo real, deberá superar fases progresivas de entrenamiento teórico y en simuladores, experiencia que la acercará también a la dimensión espacial que, desde 2022, forma parte esencial del Ejército del Aire y del Espacio.

Drones, satélites y operaciones orbitales complementan hoy la instrucción de quienes algún día asumirán responsabilidades estratégicas en la defensa nacional. En ese entorno, la figura de la princesa Leonor adquiere un valor simbólico, al representar no solo la continuidad dinástica, sino también la modernización y la cercanía de la Corona a los retos del presente.

Una alumna más, un ejemplo para muchos

Las palabras de la ministra de Defensa, Margarita Robles, subrayan el papel que ha desempeñado la heredera en su recorrido militar: “Se ha integrado plenamente, con una gran profesionalidad, y ha sido una alumna más en todas las academias. Ha demostrado interés por aprender, mejorar cada día y convivir con sus compañeros”.

La presencia de la princesa en las academias ha contribuido, además, a proyectar una imagen positiva y cercana de las Fuerzas Armadas entre la juventud, reforzando valores de disciplina, servicio y compromiso. El incremento en el número de mujeres cadetes, que este curso alcanzan el 18,1 % del total, es una muestra de ese cambio generacional que Leonor también encarna.

Camino al futuro

A lo largo de este año, la princesa de Asturias enfrentará nuevos desafíos, tanto en el aire como en tierra firme. Su primer vuelo en un Pilatus, previsto tras semanas de instrucción intensiva, será uno de los hitos más esperados de su formación. No obstante, más allá de la fecha de ese momento simbólico, lo que destaca es la preparación sólida y gradual de quien, en un futuro no lejano, asumirá la máxima responsabilidad de la Jefatura del Estado.

Con esta última etapa, la princesa Leonor se encamina a culminar un ciclo formativo que ha sabido afrontar con disciplina, naturalidad y compromiso, consolidando su perfil como futura reina en una España que observa con atención cada paso de su heredera.

Fuente Fotos: Casa Real

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