Giorgio Armani, el diseñador italiano que redefinió la manera de vestir de hombres y mujeres durante más de seis décadas, falleció este jueves en Milán a los 91 años, dejando tras de sí un legado que trascendió la pasarela para convertirse en un símbolo cultural universal.
Armani no solo transformó el traje en una prenda de libertad y poder, sino que también construyó un imperio creativo valorado en miles de millones, que abarcó desde la alta costura hasta la hotelería de lujo. Su visión posmoderna eliminó rigideces, suavizó la sastrería masculina y otorgó dignidad y feminidad a las mujeres en el ámbito laboral, convirtiéndolo en el heredero más directo de la revolución de Coco Chanel.
Nacido en Piacenza en 1934, sobreviviente de la dureza de la posguerra y autodidacta en los talleres de Milán, Armani forjó un camino inédito: vistió a Richard Gere en American Gigolo, conquistó Hollywood con Julia Roberts, Cate Blanchett y Lady Gaga en la alfombra roja, y logró que su nombre se convirtiera en sinónimo de sofisticación atemporal. A pesar de la fama, se mantuvo disciplinado, reservado y fiel a una filosofía de perfección incansable.
La noticia de su muerte provocó una ola de homenajes que confirma la magnitud de su influencia. Ralph Lauren lo definió como “un hombre de visión eterna y humildad ejemplar”, mientras Anna Wintour subrayó su capacidad para “entender a las mujeres y reflejar la actitud y el poder a través de la moda”. Julia Roberts lo llamó “un verdadero amigo”, Leonardo DiCaprio lo recordó como “una fuerza legendaria”, y Donatella Versace escribió con emoción: “El mundo perdió a un gigante”.
Cineastas, actrices, modelos, colegas y líderes políticos coincidieron en que Armani no solo vistió a generaciones, sino que también inspiró a soñar con un estilo sobrio, moderno y profundamente humano. Con su partida, la moda pierde a un revolucionario que entendió que el diseño era, en esencia, un puente entre arte, vida y emoción.
Giorgio Armani deja tras de sí un imperio y, sobre todo, un legado eterno: la convicción de que la verdadera elegancia no pasa de moda, porque nace de la libertad y del respeto por quien la lleva puesta.
Fuente Foto: AFP via Getty Images