Este 22 de abril, el mundo se detiene para rendir homenaje a su mayor fuente de vida: el planeta Tierra. Conmemorando su 55.º aniversario, el Día Internacional de la Madre Tierra 2025 se erige bajo un lema que es, al mismo tiempo, un llamado urgente y una promesa poderosa: “Nuestro poder, nuestro planeta”. Con este espíritu, la campaña global —impulsada por la organización EarthDay.org— busca movilizar a gobiernos, empresas y ciudadanos para triplicar la capacidad de energías renovables a nivel mundial antes del 2030. ¿La meta? Construir un porvenir más limpio, justo y saludable para todos.
Un grito de la Tierra… y una oportunidad sin precedentes
Durante más de cinco décadas, el Día de la Tierra ha sido faro y motor del movimiento ambientalista internacional. Hoy, con la participación esperada de 192 países y más de mil millones de personas, el poder del activismo colectivo reafirma su capacidad transformadora. A pesar del desgaste del discurso ecológico en algunos espacios, el impulso renovable no se detiene. Más bien, se fortalece con datos que revelan avances sin precedentes.
Según el último informe de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), en 2024 se añadieron 585 gigavatios de nueva capacidad limpia, marcando un crecimiento récord del 15.1 %. Energías como la solar y la eólica representaron el 96.6 % de este progreso, posicionándose como pilares de una transición energética global que ya no es futura: es presente.
Líderes del cambio: del desierto australiano al corazón de China
El liderazgo en energías limpias se ha distribuido de manera desigual, pero hay razones para celebrar. Asia lidera la carrera, gracias a una robusta inversión de China, responsable de casi el 64 % de la nueva capacidad instalada. En América Latina, Uruguay brilla como ejemplo transformador, al generar el 98 % de su electricidad a partir de fuentes renovables, mientras que Brasil continúa apostando por su matriz hidroeléctrica, que cubre casi el 68 % de su demanda eléctrica.
Estados Unidos también ha entrado con fuerza en la contienda verde: Texas, históricamente asociado al petróleo, es hoy el líder nacional en energía eólica, mientras California y Florida lideran en capacidad solar. Incluso estados políticamente opuestos coinciden en la necesidad de acelerar el cambio. El país, además, encabeza la producción de energía geotérmica avanzada, utilizando su experiencia en perforación con nuevos fines.
En otras latitudes, India ha establecido ambiciosos objetivos renovables, Dinamarca genera más de la mitad de su electricidad con viento, y un tercio de los hogares australianos ya utiliza energía solar. En África, Kenia se destaca como pionera geotérmica, mostrando cómo las energías limpias también pueden reforzar la resiliencia energética y sanitaria.
Los beneficios: más allá de lo ambiental
Más allá de los números, el potencial de las renovables es profundamente humano. Según datos de las Naciones Unidas, la energía renovable puede sacar de la pobreza energética a 3.800 millones de personas, cuyo consumo eléctrico actual está por debajo del umbral mínimo para una vida digna. Además, al sustituir los combustibles fósiles, estas fuentes limpias pueden reducir de forma drástica las enfermedades respiratorias y cardiovasculares, mejorando la salud pública y aliviando sistemas sanitarios.
Y todo ello, a un costo cada vez más accesible. En tan solo una década, el precio de los paneles solares ha caído hasta un 93 %, convirtiendo a esta tecnología en una de las más baratas de la historia moderna. Este desplome de precios convierte a las renovables no solo en una opción ética y ecológica, sino también en una inversión económicamente irresistible.
El reto: acelerar el paso hacia 2030
A pesar de los logros, el desafío es inmenso. Para alcanzar el objetivo global de triplicar la capacidad renovable instalada para 2030, se necesita crecer a un ritmo del 16.6 % anual. Hoy, aún estamos lejos de los 11.2 teravatios requeridos para entonces. Así lo advirtió IRENA en su último informe, y lo reiteró António Guterres, Secretario General de la ONU, al llamar a los países a intensificar sus esfuerzos: “El cambio a la energía limpia debe ser más rápido y más justo. Las energías renovables están acabando con la era de los combustibles fósiles”.
Nuestro poder, nuestro compromiso
Este Día de la Tierra nos recuerda una verdad fundamental: el poder de cambiar el destino del planeta no recae en unos pocos, sino en todos nosotros. Gobiernos, industrias, comunidades y ciudadanos —todos podemos y debemos actuar. Desde una política pública hasta una decisión de consumo, cada acción suma.
Los próximos cinco años son cruciales. La oportunidad de construir un planeta más limpio, justo y resiliente está al alcance. El camino hacia una civilización sustentable ya no es una utopía: es una urgencia viable. Que este 22 de abril, al alzar la voz por la Tierra, recordemos que no hay mayor acto de poder que proteger aquello que nos da la vida.
Concierto en Vivo por el Día de la Tierra - "Día de la Tierra en Times Square – Ama a tu madre"
Apoyemos y aportemos a todas las grandes iniciativas mundiales que cuidan el planeta.
Fuente: EarthDay.org